05 April 2011

-Alfonsina Storni, 5, por Graciela


Pasión

Unos besan las sienes, otros besan las manos,
otros besan los ojos, otros besan la boca.
Pero de aquél a éste la diferencia es poca.
No son dioses, ¿qué quieres?,
son apenas humanos.

Pero, encontrar un día el espíritu sumo,
la condición divina en el pecho de un fuerte,
el hombre en cuya llama quisieras deshacerte
¡como al golpe de viento
las columnas de humo!

La mano que al posarse, grave,
sobre tu espalda,
haga noble tu pecho, generosa tu falda,
y más hondos los surcos
creadores de tus senos.
¡Y la mirada grande, que mientras te ilumine
te encienda al rojoblanco,
y te arda, y te calcine
hasta el seco ramaje
de los pálidos huesos!


Llega a Buenos Aires a los 20 años con su hijo Alejandro en brazos.
Alli da lecciones de primera y segunda enseñanza y luego entra como empleada en una oficina comercial. En 1921, ya es conocida como poetisa, se crea para ella una cátedra en el Teatro Municipal Lavardén. En 1928 y 1931 viaja por Europa.
Y el 25 de octubre de 1938 se arroja al mar en la playa de Mar de Plata. Un mes más tarde la Cámara de los
Diputados acordaba erigir un mausoleo en su memoria en el lugar mismo en que apareció el cadáver.

Alfonsina Storni quedaba de este modo incorporada a las glorias nacionales argentinas como lo que es:
una de las más inspiradas poetisas de lengua española, y la mejor sin duda de su país.
Su poesía es salvaje, una muestra sin tapujos de su lucha interior, de su angustia,de sus sueños y esperanzas.
Desnuda su alma y su cuerpo y nos habla de sus fracasos, de sus pequeños triunfos y desaliento
, no oculta nada,se enfrenta a la sociedad y costumbres de la epoca.
El 20 de mayo de 1935 Alfonsina fue operada de un cáncer de mama. Al año siguiente se suicida su amigo Horacio Quiroga y ella le dedicó un poema conmovedor:
“Morir como tú, Horacio, en tus cabales / y así como en tus cuentos, no está mal / un rayo a tiempo y se acabó la feria ... Allá dirán”.
Un día, no pudiendo ya con la carga de su vida llena de contradicciones y desencantos, Alfonsina se fue al mar y se arrojó a las olas. Su cadáver apareció flotando frente a la playa en Mar del Plata. La ardiente defensora del feminismo había soñado muchas veces, y así lo había dicho en sus versos, con una sepultura marina. Pocos días antes de tomar su fatal decisión había escrito un soneto: “Voy a dormir”, que termina así:

“Déjame sola: oyes romper los brotes,
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides... Gracias...
Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...”

Y mucho antes había compuesto para la tumba su propio Epitafio:

“Aquí descanso yo. dice “Alfonsina”
el epitafio claro al que se inclina. /
Aquí descanso yo, y en este pozo,
pues que no siento, me solazo y gozo”. por Graciela

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JOSE MARTI:

"A servir modestamente a los hombres me preparo; a andar, con el libro al hombro, por los caminos de la vida nueva; a auxiliar, como soldado humilde, todo brioso y honrado propósito: y a morir de la mano de la libertad, pobre y fieramente."

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